MIERDA

Hay días en los que te levantas sabiendo que todo te va a salir mal. Y tú, de idiota total, no te quedas en la cama para evitar la catástrofe. No, qué va! tú eres guay, cómo vas a hacer eso? Tú te levantas de la cama como la reina que eres y permites que la fatalidad juegue contigo.

Y llega el momento en el que le encuentras la gracia. Si no puedes con el enemigo, únete a él. O mejor, supéralo!

Lo que ocurre es que, a veces, la vida es enemiga. Queremos que todo salga bien, pero sale mal. Pedimos muy poquito y conseguimos todo…menos lo que realmente queríamos. Y es que la vida también tiene mucho sentido del humor. Nos salió graciosa, la jodida.

Y la palabra clave es canalizar. Cagarnos en todo para desahogar. Y cuando te cagas en todo, metes mucha mierda de por medio. Pero es que la vida también es mierda. Vaya! Cuántas cosas es la vida! Qué envidia!

Y como de mierda va el asunto, vamos a jugar a las alegorías, de esas cutres y asquerosillas. Así que vamos a imaginarnos que vivimos en donde vivimos y ese lugar es el planeta Mierda. Y a partir de ahí, que salga la mierda que sea, que será bien recibida de todas formas, porque tampoco nos vamos a poner con exigencias en una página de la que sólo esperamos mierda. Eso sí, mucha mierda. Como en el teatro.